Por: Raúl Antonio Capote
Durante los años 2011 y 2012 he tenido la posiblidad de compartir con estudiantes y trabajadores jóvenes de toda Cuba. 370 conversatorios, talleres, presentaciones de mi libro Enemigo, avalan estos contactos donde he recibido mucho más de lo que fui a entregar. Vengo de Cuba armado de amor, del amor recibido a todo lo largo y ancho de este inmenso caimán, amor que sigue cada paso que doy y que no es a mí, es ese sentimiento que en más de medio siglo de Revolución, ha crecido en el alma de la patria. Es el hombre nuevo que nace en medio de contradicciones, gestado con amor, es el hombre nuevo que buscamos modelando la arcilla que ha de convertirse en milagro, en el milagro de ese mundo que soñamos los revolucionarios de todo el mundo.
Cientos de preguntas surgieron en esos encuentros, las respuestas que no dí bien o que quedaron profundamente clavadas en mi alma de simple maestro, buscan salida como plantas que empujan sin alivio la piel. Por eso pretendo comenzar una serie de escritos- respuestas que se completaran en la medida en que los lectores participen en este dialogo que quiero establecer con ellos la primero pregunta la lanzó mi gran amigo e importante pensador cubano Enrique Ubieta ¿ Qué es ser revolucionario? yo agregaría ¿Qué es ser revolcuionario en la Cuba de hoy? ¿Acaso cambio la esencia de ese concepto?
Nos enfrentamos a un monstruo unánime que vive dentro y fuera de nosotros mismos (1)
Los revolucionarios nos movemos por profundos sentimientos de amor, sin amor no hay Revolución, es el arma para enfrentar y vencer a ese mostruo unánime que es el capitalismo. Los revolucionarios somos anticapitalistas, somo enemigos irreconsiliables de ese monstruo y soñamos como Bertrand Russell “El mundo que tenemos que buscar es un mundo en el cual el espíritu creador esté vivo, en el cual la vida sea una aventura llena de alegría y de esperanza, basada más en el impulso de construir que en el deseo de guardar lo que poseemos y de apoderarnos de lo que poseen los demás. Tiene que ser un mundo en el cual el cariño pueda obrar literalmente, el amor esté purgado del instinto de la dominación, la crueldad y la envidia hayan sido disipadas por la alegría y el desarrollo ilimitado de todos los instintos constructivos de la vida y la llenen de delicias espirituales. Un mundo así es posible; espera solamente a que los hombres quieran crearlo.”
¿Qué es ser revolucionario?
Por: Enrique Ubieta Gómez
En una ocasión, ante los desajustes entre cierta teoría y la práctica, alguien me preguntó: ¿cómo puedo diferenciar lo que es revolucionario, de lo que no lo es? Días después, en una conversación, otro amigo afirmó que los jóvenes eran revolucionarios a su manera, es decir, de una manera diferente a la de sus padres. Esa afirmación parecía convincente. Sigo dándole vueltas al asunto.
Creo que podemos discrepar sobre cómo debe o puede ser el socialismo, que es en definitiva un esfuerzo histórico, de todos, por edificar una sociedad más justa. Pero existe un punto rojo que nos define, no importa la edad: un revolucionario es radicalmente anticapitalista. No existe un capitalismo bueno y otro malo, y aprovechar las «cosas» buenas del capitalismo puede ser una frase tramposa, porque no se refiere a los productos del trabajo humano, sino a un tipo de modernización depredadora de la naturaleza, enajenante y explotadora.
El dilema quizás radica en que el socialismo «se hace» con «materiales» capitalistas; la diferencia, quizás, en el horizonte. Navegamos hacia otro mundo más solidario. Y ser revolucionario es pelear también contra los reductos mentales del capitalismo, que pueden enquistarse en el socialismo: la corrupción, la burocracia, el dogmatismo. No existen revolucionarios que antes no fueran rebeldes; la rebeldía, sin embargo, cuando es superficial, es espectáculo, simple desacato.
Un joven es, debe ser, rebelde –el capitalismo tolera la rebeldía de los estudiantes, la que no sobrepasa los muros universitarios, porque allí donde funciona bien, el mercado la asimila y revierte en pocos años–, pero solo será revolucionario si siente la injustica cometida en los demás como propia, busca las razones últimas y se propone transformarlas. Sobre los caminos de superación, podemos y debemos discrepar, pero los revolucionarios de todas las edades nos parecemos. Lo otro, es pasar gato por liebre.
El Adversario 
Lo mismo que hace 30 años ,es la misma cosa hasta hoy día,creo que un revolucionario solo mejora su calidad humana y de lucha, crece con el tiempo, madura, pero sigue siendo revolucionario. en todos los aspectos de su vida aunque le den candela, Cada día somos mejores mas fuertes, nuestra ideología y principios nacen y no mueren jamas, porque son pasadas a nuestras generaciones…Muy bueno el articulo, me ha llegado a lo mas profundo de mi corazon revolucionario..Gracias Profe..
Me gustaMe gusta
Me pregunto, que hay, de los hijos que nacieron en hogares desafectos a la revolucion., de esos chicos que escondían la pañoleta debajo de las piedras y al otro día la recogían para ponérsela como trofeo,, De aquellos pequeños que escuchaban hablar todo el tiempo pestes de la revolucion y de sus lideres, y se plantaban delante de sus padres para defender sus principios aun siendo castigados.Estos niños,y jóvenes, se crecían ante las dificultades, ante los miedos , sin tener mas luz que la de sus ojos, y mas quia que la de sus maestros, que muchas veces los censuraban y hasta los discriminaban,,sin darse cuenta que en esos pequeños corazones, nacía y crecía un revolucionario de a pie…Estoy segura que esos niños han crecido, y con ellos el amor indestructible a esa revolucion que los hizo gigantes
Me gustaMe gusta
Razon tiene , pero q de aquellos niños q crecieron a la inversa , oyendo de logros y milagros q fracasaron , de no comunicacion con familiares de usa por diversionismo ideologico, de que un dolar era trafico de divisas y ver y oir a los beatles desviacion ideologica y usar un pitusa y bautizarse ni hablar…la moneda suele tener dos caras de ambas hay q hablar aunque las razones sean diferentes.Fuimos jovenes revolucionarios solo que se nos cortaron las libertades hoy ya parece diferente pero tambien lo sosmos nosotrosGracias
Me gustaMe gusta
muy interesante lo que dices, tenía familiares en USA y me comunicaba con ellos, use pitusa, llevaba el pelo largo, era fan de Deep Purple y de Gran Funk, rebelde, protestón, inconforme, como deben ser los revolucionarios, no creo que alguien se atreva a poner en duda mi condición de revolucionario, tengo muchos amigos que me acompañan desde nuestra juventud, luchando por defender a Cuba, luchando por un futuro mejor para toda la humanidad, gracias por opinar
Me gustaMe gusta
El artículo me ha gustado mucho, sobre todo por la perspectiva transformadora y la confianza en los jóvenes que transmite. A nosotros no han tocado vivir otra Sierra Maestra, otros Girones, otra Campaña de Alfabetización, pero sobre la base de esas experiencias cotidianas nos mantenemos al lado de la Revolución y, que nadie lo dude, seguiremos construyendo juntos nuestro proyecto social. Los jóvenes agradecemos mucho que se confíe en nosotros y es por eso que siempre estaremos aquí, con Cuba porque en sus proyectos de transformación social siempre se ha pensado en la juventud y en sus proyecciones.
Me gustaMe gusta
Soy profesor de la UCPEJV, generosamente mi esposa me invitó a ver en premier el documental titulado, A PESAR DE TODO,cuando llegué al portal de la sala Charles Chaplin , varios jóvenes se acercaron a mí , sorpresa, eran mis alumnos de la clase de Historia, ahora dirigentes de la Juventud Comunista en diversas intancias.
La continuidad revolucionaria en la juventud, la vi en vivo y directo, pues a quienes nos dedicamos a la enseñanza no hay mejor regalo que presenciar nuestros jóvenes ya no con vocación revolucionaria sino en acción revolucionaria, entonces recordé cuando nuestro comandante en Jefe nos llamara en abril de 1972 a ser maestro y me alisté en el I Contingente Manuel Ascuce Domenech.Evidentemente somos los mismos jóvenes revolucionarios.
Me gustaMe gusta
Ser revolucionario es pelear también contra los reductos mentales del capitalismo, que pueden enquistarse en el socialismo: la corrupción, la burocracia, el dogmatismo. No existen revolucionarios que antes no fueran rebeldes; la rebeldía, sin embargo, cuando es superficial, es espectáculo, simple desacato.
Me gustaMe gusta
Enrique Ubieta Gómez En una ocasión, ante los desajustes entre cierta teoría y la práctica, alguien me preguntó: ¿cómo puedo diferenciar lo que es revolucionario, de lo que no lo es? Días después, en una conversación, otro amigo afirmó que los jóvenes eran revolucionarios a su manera, es decir, de una manera diferente a la de sus padres. Esa afirmación parecía convincente. Sigo dándole vueltas al asunto. Creo que podemos discrepar sobre cómo debe o puede ser el socialismo, que es en definitiva un esfuerzo histórico, de todos, por edificar una sociedad más justa. Pero existe un punto rojo que nos define, no importa la edad: un revolucionario es radicalmente anticapitalista. No existe un capitalismo bueno y otro malo, y aprovechar las «cosas» buenas del capitalismo puede ser una frase tramposa, porque no se refiere a los productos del trabajo humano, sino a un tipo de modernización depredadora de la naturaleza, enajenante y explotadora. El dilema quizás radica en que el socialismo «se hace» con «materiales» capitalistas; la diferencia, quizás, en el horizonte. Navegamos hacia otro mundo más solidario. Y ser revolucionario es pelear también contra los reductos mentales del capitalismo, que pueden enquistarse en el socialismo: la corrupción, la burocracia, el dogmatismo. No existen revolucionarios que antes no fueran rebeldes; la rebeldía, sin embargo, cuando es superficial, es espectáculo, simple desacato. Un joven es, debe ser, rebelde –el capitalismo tolera la rebeldía de los estudiantes, la que no sobrepasa los muros universitarios, porque allí donde funciona bien, el mercado la asimila y revierte en pocos años–, pero solo será revolucionario si siente la injustica cometida en los demás como propia, busca las razones últimas y se propone transformarlas. Sobre los caminos de superación, podemos y debemos discrepar, pero los revolucionarios de todas las edades nos parecemos. Lo otro, es pasar gato por liebre.
Me gustaMe gusta
Soy Mexicano, y veo que si, el Capitalismo nos engaña aca en mi país, los que estan en el poder no quieren que estemos concientes de nuestro papel como trabajadores, como estudiantes, como ciudadanos y desgraciadamente somos pocos los que leemos mas alla de nuestras fronteras, los que no nos conformamos con la mediocridad que hay en nuestro alrededor, es dificil transformar un caos como es en mi país, ya quisiera siquiera vislumbrar un verdadero cambio por estos lares.
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en Diario 90.
Me gustaMe gusta
QUÉ ES SER REVOLUCIONARIO?
Ser revolucionario tiene dos vertientes y ambas son imprescindibles: la vertiente «en contra» es la rebeldía contra la injusticia, contra la opresión, contra el egoísmo, contra la maldad, contra la corrupción, contra -en fin- todo lo que deshumanice y pervierta el corazón humano. La vertiente «en pro’ es la vertiente del Quijote, la de aquellos que luchamos por construir un mundo mejor que el que heredamos, un mundo de solidaridad, de internacionalismo, de justicia social, de generosidad, de amor y de paz.
S. Capote
Me gustaMe gusta