Bajo la mirada del águila calva II

Fue durante esa celebración del 4 de julio que Kelly Keiderling sugirió por primera vez la idea de crear una Agencia Literaria que agrupara a aquellos escritores que tenían dificultades con las autoridades culturales de la isla, la idea era promoverlos fuera del país, publicar su obra, organizarlos.

En un aparte en la biblioteca de la residencia conversamos largamente sobre el tema, dijo que lo pensara bien, le diera cuerpo y que en unos días lo discutiríamos, que esa sería una buena forma de hacer algo útil por el país y ayudar al sostén decoroso de la familia. Propuso que escribiera un libro “Historia de la Lucha por la Democracia en Cuba”, preguntó si conocía a Frank Calzón del Center for Free Cuba, que está persona pagaría generosamente el libro y que ella creía que yo era la persona idónea para hacerlo, mencionó que tenía un gran amigo Marc Wachtenhein Program Manager Cuba, de la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF) que proveería los fondos necesarios para la Agencia Literaria.

Durante el viaje de regreso Kelly propuso hacer una tertulia literaria en su casa, para promoverme como escritor, participará toda la prensa extranjera acreditada en la isla, será una gran fiesta para un gran escritor, anunció. Esa fue la primera que se hizo, de ahí nació la idea de repetir este tipo de encuentros, pero con otras características, en esencia elegir un tema de actualidad relacionado con Cuba y previa información a los invitados sobre el tema a tratar (con varios días de antelación), someterlo a debate.

Elegimos varios contenidos, Las Relaciones Cuba- USA, Identidad Nacional, Reconciliación Nacional, las llamadas Misiones Internacionalistas y su impacto en la población, etc. Realizamos la tertulia sobre la identidad nacional, con la asistencia de alrededor de 75 personas, funcionarios de la SINA, periodistas y diplomáticos extranjeros.

Solamente se pudo efectuar otra más, la de Reconciliación Nacional. Dónde asistieron los mismos invitados de la anterior, aunque se pretendió incluir a algunos destacados profesores e investigadores de la Universidad de la Habana y a un grupo de escritores que finalmente no asistieron a la actividad.

La idea de formar grupos de discusión estaba plenamente en línea con uno de los presupuestos principales por los cuales se creó la Agencia literaria, reunir a un grupo de intelectuales, escritores, principalmente a aquellos “afectados por la censura”, que no están de acuerdo con el actual estado de cosas en el país, o que se sientan frustrados, desatendidos por las instituciones. Promocionar su obra, buscar la forma de que, mediante la publicación de sus libros, logren cierta independencia económica, incorporar a otros sectores del mundo artístico e intelectual, dramaturgos, pintores, actores, académicos, pensadores, a las actividades de la Agencia, para conformar grupos de pensamiento.

De esta forma estaríamos contribuyendo a la creación de un cuerpo teórico, una sociedad capaz de dotar del pensamiento necesario a los ejecutores de la acción de cambiar las cosas en Cuba. Crear redes de pensamiento, -cuestión esta que se consideraba, imprescindible-, redes que garanticen no solo un aporte a la teoría necesaria para cambiar las cosas en el presente, sino que sirvan para dotar a Cuba de un nuevo pensamiento, capaz de lograr el sueño de derribar el régimen comunista, refundar la República Democrática y garantizar su estabilidad y perfeccionamiento constante.

Aunque la idea original fue que como parte de las actividades de la Agencia se realizaran ese tipo de actividades, manifesté siempre oposición a hacerlas porque desacreditaría a la organización el hecho de celebrarlas en casa de un funcionario de la SINA y además porque sería muy difícil que un escritor, un intelectual cubano de verdad, de fuste, no de los improvisados o fabricados por ellos, se prestara para semejantes actos.

Esa tarde de la tertulia literaria conocí a varias personas que estuvieron presentes en episodios del trabajo posterior con los americanos, periodistas como Anthony Boadle Corresponsal Jefe de Reuter, Patricia Grog que trabajaba para varias agencias de prensa, Zoja Deretic Vice Consul Information Unit Chief de la SINA, Melanie Hopkins Second Secretary Political, Press de la Embajada Británica y pude saludar a algunos viejos conocidos como Stanislav Kazecky Primer Secretario de la Embajada de la República Checa, Patricio Pradel Elgueta Consejero de la Embajada de Chile, Koen Sizoo Consejero de la Embajada de los Países Bajos.

Zoja Deretic, era una muchacha joven, muy amiga de Kelly, hija de emigrados Yugoslavos, científicos radicados en los Estados Unidos desde antes del derrumbe del socialismo este europeo. Desde el día de la tertulia, nos vimos varias veces, siempre para recomendar la lectura de libros que completaran mi formación, dada las deficiencias, que según ella, tenía la formación académica dogmática en los países socialistas.

Le quedaba poco tiempo en la isla, pero ese tiempo lo aprovechó bien para hacerme llegar una gran cantidad de materiales sobre economía, en especial de los economistas de la escuela austriaca, las novelas de Ayn Rand, decenas de ejemplares de The Economic, y libros como La Tercera Ola y El Choque de Civilizaciones de Samuel P. Huntington, El Fin de la Historia de Francis Fukuyama, El Gran Tablero Mundial. La soberanía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos de Zbigniew Brzezinski, Europa del Este: El año de la verdad y The German Revolution de Timothy Garton Ash entre otros muchos libros de ciencia política, economía, filosofía e historia.

Tarde en la noche regresábamos a mi casa en un panel, una amiga de Kelly, su esposo y yo, cuando el panel se detuvo, David el esposo de Kelly dijo que al parecer el carro había sufrido una rotura, la amiga de Kelly preguntó de pronto que yo pensaba del embargo, era el sitio menos ideal para ese tipo de conversación, mucho más después de una dura noche, por lo que le respondí con aspereza que no era un embargo sino un bloqueo, una política de asfixia, obsoleta, injusta y derrotada desde hacía mucho tiempo.

Ella explicó sin darse por enterada del tono agrio de mi respuesta, que habían otros países del mundo donde Cuba podría comprar productos, que eso era una excusa del gobierno cubano para justificar sus incapacidades, pensé que eras una persona inteligente –riposté- , por tu aspecto y forma de conducirte pareces una gente preparada lamento haberme equivocado. Guardaron silencio unos segundos y luego David comenzó a reír a carcajadas, ella le acompañó en su risa aunque más moderada, David parecía realmente divertido con lo que ocurría y finalmente dijo que yo tenía toda la razón. Lograron solucionar la rotura del panel que se puso en marcha y llegamos en silencio a mi casa.

Autor: Raúl Antonio Capote

El adversario cubano, comprometido con la verdad, la justicia y mi Patria Grande.