Política made in USA: Sexo, basura y golpes bajos.

Por: Raúl Antonio Capote

clinton- el adversariocubano.wordpress.comMás allá del proceso eleccionario, sucio, enmarañado, creado para garantizar el poder de la minoría poderosa y rica, la política estadounidense es un negocio vicioso y vengativo, donde se vale todo para desbancar al rival.  Los dueños del mundo, los multimillonarios que controlan las riquezas del planeta, emplean gran parte de su dinero en garantizar la supervivencia del establishment, invierten millones en los políticos. En la carrera por ese dinero, por el poder que garantiza, se olvida todo sentimiento humano, se deja en el camino toda ética..

Armas cada vez más modernas, cada vez más costosas, cada vez más destructivas, políticos cada vez más perversos, más dependientes, más sujetos a los intereses de esa minoría inmensamente rica. Es una inversión segura, quien paga manda

No es nuevo,  las campañas de Jefferson y Adams, Padres de la Patria,  son un triste recuerdo en la historia de los EEUU, aunque la masa ensordecida por las fanfarrias, enceguecida por las luces de colores brillantes, aplastada por el peso de las mentiras, demasiado ocupada en los avatares  de la última rubia plástica, por los deslices de sus estrellas cinematográficas, sumida en la falsa apariencia de una cultura por demás banal,angustiados por la deuda eterna, deslumbrados por el último producto de moda que mañana ya será viejo, esas bandadas de compradores compulsivos que se creen libres y son más esclavos que los siervos de la gleba, que los ilotas, desconozcan esa memoria.

 Ya Martí se asombraba en los finales del siglo XIX de que no conocieran a Lafayette. «La política se ha convertido en un negocio feo, vicioso, negativo», se quejaba en diciembre, en una entrevista con la cadena ABC, Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes. Gingrich no es inocente. Bajo su liderazgo, en los años noventa, los republicanos  contribuyeron alegremente  al descrédito de ese negocio.

En Iowa, que el 3 de enero abrió el proceso de primarias y caucus (asambleas electivas), más de la mitad de los anuncios televisados no planteaban propuestas sino que perseguían desacreditar al contrario. En Florida, donde el 31 de enero se esfumaron los sueños de victoria de Gingrich, el 92% de la propaganda fue en ese sentido

El bombardeo en televisión y radio no cesó. El ex senador Rick Santorum,  máximo rival de Romney, usó un anuncio donde  un actor que interpreta a Romney dispara con una metralleta un líquido marrón y viscoso. Y claro, él también se ensucia. «Al final los feos ataques de Romney se le volverán en contra», dice una voz en off.

Santorum, cuando fue senador, votó a favor de políticas de gasto que después  criticó  en sus anuncios de autopromoción.  Romney, cuando gobernaba Massachussets, aprobó una reforma sanitaria que después Obama imitó y la derecha demonizó. Los anuncios negativos, pese a los lamentos de Gingrich, no son nuevos. Los Padres de la Patria ya se acusaban entre ellos de las peores vilezas.

En la campaña del 1800, los partidarios de Thomas Jefferson calificaban a John Adams de «hombre ciego, calvo y lisiado» que estaba «ocupado en importar amantes de Europa». Y los detractores de Jefferson sostenían que si este ganaba las elecciones «el asesinato, la violación, el incesto y el adulterio se enseñarán y practicarán abiertamente».

Pero la propaganda destructiva moderna alcanzó su gloria el 7 de septiembre del 1964. Ese día, se emitió el primero de una serie de anuncios en el que aparecía una niña deshojando una margarita. Después, una explosión nuclear. En aquel anuncio y los siguientes, el presidente Lyndon Johnson y sus partidarios señalaban  a su rival, el republicano Bary Goldwater, como un peligro para la humanidad. En noviembre Johnson consiguió una de las victorias más contundentes de la historia.

¿Qué ha cambiado en la propaganda negativa en el 2012?

Ahora puedes hacer un vídeo en minutos, puedes distribuirlo digitalmente o emitirlo en televisión al día siguiente. Esto abrevia el ciclo, e intensifica el debate, además puedes dirigirlo directamente a sectores del público que interesen en cuestión de segundos.

El debate vicepresidencial no es una cuestión menor en la carrera hacia la Casa Blanca, e históricamente, candidatos como Dwight Eisenhower, Richard Nixon y Gerald Ford se han servido con éxito de la beligerancia de sus segundos para atacar al rival sin sufrir un gran desgaste de su imagen pública.

El caso de John Edwards tuvo un desenlace quizás más polémico que el mismo caso. Resulta que el candidato presidencial demócrata fue acusado de usar dinero de su campaña de 2008 para tapar el romance con el que engañó a su esposa enferma de cáncer, y al hijo fruto del amorío con Rielle Hunter. El 31 de mayo de 2012, su juicio fue anulado luego de que el jurado lo declarara no culpable de malversación de fondos y no llegara a un fallo en los otros cinco cargos.

Uno de los casos internacionales más sonados y más usado fue la infidelidad del ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en 1998, cuando se le vinculó sexualmente con una becaria de la Casa Blanca de 23 años, Mónica Lewinsky.

En 2011 el ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, se divorció de Maria Shriver tras 25 años de matrimonio, tras darse a conocer que el político y actor le fue infiel con una ex empleada doméstica  con la que también tuvo un hijo. El escándalo fue un huracán en la prensa y la imagen de Schwarzenegger aún no se recupera.

El ahora ex gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, se vio obligado a abandonar su cargo en 2008 cuando se comprobó que, a los largo de 10 años, gastó más de 80 mil dólares en servicios con prostitutas de lujo en una red donde era conocido como el cliente número 9.

El tercer presidente de Estados Unidos y principal autor de la declaración de independencia de ese país, Thomas Jefferson, fue denunciado como alguien que esclavizaba a una mujer llamada Sally Hemings.

Mark Foley cuando era congresista por el Partido Republicano, en 2006, fue acusado de enviar mensajes sexualmente explícitos a varias páginas de Internet, incluso a jóvenes menores de edad. Nada pudo comprobársele, pero bastó para que su carrera se arruinara y tuviera que dejar su puesto.

Desde el pasado 27 de mayo los medios estadounidenses apenas hablan de otro tema: si la imagen subida a Twitter en la que se veía un hombre en calzoncillos, correspondía o no al congresista demócrata por Nueva York Anthony Weiner, de 46 años, figura ascendente en el partido. Debates en la televisión, artículos en la prensa, comentarios en las redes sociales. El escándalo sexua ya se conoce como el Weinergate.

El senador republicano John Ensign, renunció un día antes de atestiguar ante un panel de ética del Senado acerca de una presunta aventura amorosa con la esposa de un alto asistente. El año pasado, el representante demócrata Eric Massa, renunció a su puesto en medio de denuncias de hostigamiento sexual hacia varios hombres de su personal.

Las fotos publicadas en Internet  de Jenna Bush, una de las hijas del ex presidente de Estados Unidos, George Bush, que muestran a Jenna, quitándose la ropa interior para ponerse su traje de baño, en una playa pública fueron utilizadas, a la manera de los paparazzi, para dañar a los republicanos

En medio de la contienda por ser candidata a la vicepresidencia de Estados Unidos, durante las ante pasadas elecciones presidenciales, la hija de 17 años de Sarah Palin, resultó estar embarazada. La noticia escandalizó a la sociedad estadounidense; y se trató de utilizar en la propaganda contraria a Sara, sin embargo, la Palin  aprovecho la noticia para difundir mensajes a favor de la vida, el matrimonio y la unión familiar

La recién concluida campaña ha sido considerada de las más sucias en EEUU. Las campañas de miedo parecen ser hoy en día la tendencia para las elecciones. Minimizar al adversario y destacar  sus puntos negativos, más que las propuestas económicas, políticas o sociales, son la moda hoy en día.

El 85.5% de los anuncios televisivos de Barack Obama y el 79.2% de los de Mitt Romney tenían un mensaje que destacaba mensajes negativos hacia su adversario según Kantar Media. En el camino hacia la Casa Blanca se utilizaron muchas difamaciones, golpes bajos y tácticas oscuras para derrotar al otro contendiente.

Los anuncios televisivos fueron una de las armas más utilizadas por ambos. La campaña de Romney lanzó  un anuncio televisado en Ohio, estado clave en las elecciones, en el que aseguró que la empresas fabricantes de los vehículos Jeep, que recibió ayuda del gobierno de Obama en el marco de un plan de rescate de la industria automotriz en 2009, estaba expandiéndose hacia China en perjuicio de Estados Unidos.

Estas acciones no buscan credibilidad, sino minar la imagen del antagonista. Poco importa la verdad o la mentira.  De hecho, esta misma semana, ambos candidatos intercambiaron ataques en castellano después de que los republicanos asociasen a Hugo Chávez, Fidel Castro y el Ché con Obama.

En la Florida  los republicanos criticaban que la campaña demócrata utilizaba a inmigrantes indocumentados como voluntarios para ganar votos puerta a puerta. Por su parte, en ese mismo estado, y en Virginia,  líderes republicanos locales contrataron los servicios de “empresas” que destruían registros electorales de demócratas.

 El nivel de falsedades o de distorsiones de los hechos que los candidatos llegan a alcanzar es incalculable. En 24 Distritos Congresionales se rodó en los canales locales, un anuncio pagado por un Comité de Acción Política patrocinado por el empresario de Indianápolis, J. Patrick Rooney, donde se decía que «los demócratas quieren abortar los bebés negros, si usted comete un pequeño error con su ‘manguera’ y quiere deshacerse de ese problema, no se le harán preguntas».

Nada que se vale lo que sea, hay muchos millones en juego y los servidores del poder quieren su tajada a toda costa, mientras el sueño americano sigue siendo una quimera y al pueblo estadounidense se le sigue engañando todo el tiempo, haciéndoles creer que viven en una democracia, cuando sobreviven realmente en una dictadura terrible, que reprime con ferocidad cualquier intento de rebelión o de discrepancia seria, quien sobrepase los límites impuestos por el simulacro de libertad del sistema es acusado de comunista y ya usted sabe cuál será su suerte.

Autor: Raúl Antonio Capote

El adversario cubano, comprometido con la verdad, la justicia y mi Patria Grande.

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