Pornografía y subordinación de la mujer

Por: Ana Elisa Escalante Patiño

006

 “La pornografía es la gráfica y sexualmente explícita subordinación de la mujer al hombre”. 

El feminismo radical dio cuenta de la vertiente misógina de la liberación sexual, una vez más la “revolución” no había sido pensada para las mujeres. La liberación sexual de los años sesenta representó una desventaja para el sexo femenino pues, aunque se superaron algunos tabúes de la sexualidad, las mujeres siguieron siendo subordinadas.

Antes de hablar de pornografía me parece necesario definirla como se menciona en el documental de Dworkin: “la pornografía es la gráfica y sexualmente explícita subordinación de la mujer al hombre”.

Andrea Dworkin comienza mostrando que hay un mundo detrás de la pornografía, testigos que narran su historia nos dejan ver que las mujeres que salen en videos pornográficos son obligadas a hacerlo, ya sea física o psicológicamente, y por lo tanto maltratadas y humilladas.
Dworkin señala a la industria pornográfica como el “hijo incómodo” de la liberación sexual, a pesar de que la literatura y las imágenes pornográficas han existido desde mucho tiempo atrás, es a partir de la liberación sexual que ésta se convierte en una industria multimillonaria.

Tristemente lo que se vende no es erotismo, por eso la importancia de definir pornografía, lo que en realidad se vende son escenarios de violaciones, maltrato y humillación de mujeres, es decir, la industria pornográfica funciona con la venta de escenas de subordinación y crueldad contra las mujeres. 

Kate Millet ya había dado cuenta de esto al criticar la literatura pornográfica, sin embargo, como Dworkin resalta, la industria de fotos, videos y películas pornográficas representa una atrocidad mayor, incluso que la prostitución, ya que las fotos y videos se pueden vender miles de veces sin importar lo que le haya pasado a las personas implicadas en éstos, por ejemplo, después de tener un video o una imagen, no importa si la actriz enfermó o murió, el producto sigue redituando monetariamente.

En mi opinión, la pornografía no sería una industria millonaria sin un sistema que legitimara la subordinación femenina. Kate Millet explica que todas nuestras relaciones sociales están estructuradas conforme al poder, incluso las relaciones personales y de pareja. Las relaciones de poder implican que una parte domine y la otra se subordine basadas en un sistema que las divida para permitirles funcionar de esta manera.

Existen muchos sistemas de poder en nuestra sociedad, por ejemplo: las razas, donde la raza negra queda subordinada a la blanca, o las clases sociales, donde los estratos bajos se subordinan a los altos. Pero quizá el sistema de poder más antiguo y arraigado al inconsciente colectivo es el dominio de los hombres sobre las mujeres, al cual Kate Millet denomina « patriarcado ».

Kate Millet define al patriarcado como: “la institución (…) que se apoya sobre dos principios fundamentales: el macho ha de dominar a la hembra, y el macho de más edad ha de dominar al más joven”

El patriarcado se basa en la distinción sexual para dividir a la sociedad, sin embargo, el patriarcado pone en desventaja al sexo femenino invariablemente, es decir siempre serán las mujeres la parte subordinada y la parte dominante los hombres.

El patriarcado ha existido casi desde el origen del  hombre y es un sistema que se basa en supuestos aspectos biológicos reforzados por aspectos ideológicos, como las religiones y reproducido mediante la socialización.

El patriarcado se ha interiorizado tanto, que aún hoy en día a pesar de todos los estudios y teorías al respecto, el sistema se sigue reproduciendo y por tanto perpetuándose. La institución patriarcal exige la socialización del género, es decir, los individuos desde la edad más temprana reconocen su identidad sexual y a partir de ahí la educación y la cultura enseñan el papel en la sociedad de acuerdo al sexo, es decir, se interioriza el comportamiento genérico. El patriarcado dicta que el hombre es fuerte, viril y por lo tanto dominante, mientras que la mujer es débil, sumisa y por lo tanto dominada.

Esta distinción se puede observar en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito público y la indirecta relación que tienen las mujeres con el Estado como en el ámbito privado, tanto que, según Millet, la relación de poder que subordina a la mujer ante el hombre se reproduce incluso en las relaciones sexuales.

Al observar las definiciones de patriarcado y pornografía, se puede ver que la pornografía es la expresión de la necesidad cultural de dominación del hombre sobre la mujer en las relaciones sexuales.

En conclusión, visto desde la clave de “La política sexual” el patriarcado es entonces, la institución que legitima la pornografía, dicho en otras  palabras, si no existiera un sistema que dictara la división de poder de los sexos en el que el hombre debe dominar a la mujer en todos los aspectos: psicológico, social, económico, político y hasta sexual, la pornografía no sería una industria exitosa económicamente, puesto que la necesidad de dominación o subordinación, impuesta socialmente, no existiría. Por tanto, como menciona Millet: “el patriarcado es por necesidad el punto de partida de cualquier cambio social radical”

Bibliografía
Millet, Kate. La política sexual. Editorial Cátedra. 1970. p. 35-124.
Dworkin, Andrea. Pornography (1991) [Archivo de video] Recuperado de: http://www.youtube.com/watch?v=L9j7-zZks08

——————————————–
[ 2 ]. Millet, Kate. La política sexual. Editorial Cátedra. 1969. p. 102.
[ 3 ]. Dworkin, Andrea. Pornography (1991) [Archivo de video] Recuperado de: http://www.youtube.com/watch?v=L9j7-zZks08
[ 4 ]. Kate Millet entiende el poder en el sentido weberiano de dominación: “posibilidad de imponer la voluntad propia sobre la conducta de otras personas.
[ 5 ]. Op. cit. Millet. p. 70.
[ 6 ]. Kate Millet menciona que no hay ningún registro de alguna sociedad matriarcal.
[ 7 ]. Millet apunta que incluso antes de aprender a hablar la identidad sexual individual se encuentra desarrollada
[ 8 ]. En el documental aparecen testigos que mencionan tener necesidad de ser subordinadas porque es lo único que les enseñaron cuando eran niñas.
[ 9 ]. Op. cit. Millet. p.88.

Tomado de:  Buenas Tareas

Autor: Raúl Antonio Capote

El adversario cubano, comprometido con la verdad, la justicia y mi Patria Grande.

2 opiniones en “Pornografía y subordinación de la mujer”

Deja un comentario