Las bases de nuestro patriotismo

Por Enrique Ubieta Gómez

A fines del siglo XIX era ya inimaginable una Revolución social auténtica que no ubicase sus sueños de redención en el ser humano, una atalaya que desborda los límites de la raza y la nación. La democracia griega excluía a los esclavos y a las mujeres y –sin extenderme en ejemplos de otras épocas– los ideólogos de la Revolución burguesa se desentendían, además, de los pueblos colonizados. Pero ni estos, ni los obreros y campesinos de las metrópolis podían emanciparse sin una concepción humanista que abarcara a todos, incluso a los explotadores y a los colonizadores. Cuando Napoleón Bonaparte aceptó, ante la beligerancia de los insurgentes, la abolición de la esclavitud en la colonia de Saint Domingue y solo en ella, Toussaint Louverture, un negro analfabeto que había sido esclavo protestó:

«Lo que queremos no es una libertad de circunstancia concedida a nosotros solos –dijo con sagacidad política, ajeno a cualquier postura pragmática y «realista»–, lo que queremos es la adopción absoluta del principio de que todo hombre nacido rojo, negro o blanco no puede ser la propiedad de su prójimo. Hoy somos libres porque somos los más fuertes. El Cónsul mantiene la esclavitud en la Martinica y en la isla Bourbon; por tanto seremos esclavos cuando él sea el más fuerte».

En 1871 José Martí, con apenas 18 años de edad, denunciaba la ceguera de los herederos del iluminismo que defendían en España los derechos que negaban en sus colonias:

«(…) hasta los hombres que sueñan con la federación universal, con el átomo libre dentro de la molécula libre, con el respeto a la independencia ajena como base de la fuerza y la independencia propias, anatematizaron la petición de los derechos que ellos piden, sancionaron la opresión de la independencia que ellos predican, y santificaron como representantes de la paz y la moral, la guerra de exterminio y el olvido del corazón. (…) Pidieron ayer, piden hoy, la libertad más amplia para ellos, y hoy mismo aplauden la guerra incondicional para sofocar la petición de libertad de los demás».

El propio Martí lega en 1895 un concepto básico para los revolucionarios cubanos: «Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca, y en que nos tocó nacer». La independencia de Cuba garantizaba el espacio físico y moral para una república de justicia y solidaridad, con los pobres de la Tierra, aunque Martí, como Bolívar, soñaba además con una Patria mayor, que integrara a todos los pueblos que habitan del río Bravo a la Patagonia.

Ningún otro marxista latinoamericano fue más hondamente martiano que Fidel Castro. Martí y Fidel fueron los únicos líderes, en la breve e intensa historia de Cuba, que consiguieron la unidad necesaria de las fuerzas revolucionarias; una unidad ajena a pactos conciliadores, capaz de desarticular los consensos de la dominación –los que proclamaban la incapacidad del cubano, la inferioridad del negro y de la mujer, la inevitabilidad de la dependencia–, y fundar los de la emancipación, con hombres y mujeres virtuosos que se superaron a sí mismos. Fidel, como Martí, tuvo fe en la victoria, en su pueblo, en las razones de la lucha, en la posibilidad de lo que parecía imposible. Recogió ambas tradiciones emancipatorias, la del mundo colonial y neocolonial –una de cuyas figuras cimeras fue nuestro Martí–, y la de los explotados del Capital, la del pensamiento marxista y la Revolución de Octubre, cuyo centenario acabamos de conmemorar.

La Revolución Cubana de 1959 no podía pensarse a sí misma sino como parte de la rebelión de los colonizados y de los explotados del mundo, como un paso en el duro bregar hacia la emancipación de los seres humanos. Es cierto que las revoluciones no se exportan, nacen de condiciones irrepetibles y propias, pero el concepto de solidaridad, aliado al de justicia, es básico en el socialismo, y no puede ser un bien que acate límite alguno: ni el del hogar, ni el del barrio, ni el de país.

La Cuba de Fidel ejerció la solidaridad de los hermanos, sin condiciones ni cálculos geopolíticos, y no se detuvo ante conveniencias que contravinieran sus principios; así fue en Asia, en África, en América Latina. Los cubanos donamos sangre de forma masiva para el Vietnam agredido, cedimos una libra de nuestra cuota de azúcar para el Chile de Allende, peleamos con los que peleaban por sus pueblos en otras tierras del mundo, y muchos fueron los que cayeron en el camino; avanzamos, codo con codo, junto a los sandinistas y a los bolivarianos victoriosos, en la edifi­cación del nuevo país. Construimos escuelas, hospitales, aeropuertos, alfabetizamos, asistimos a comunidades pobres en el deporte y la cultura, salvamos o curamos a cientos de miles de seres que carecían de atención médica. El internacionalismo fue un principio inviolable que se ejerció con un claro sentido del momento histórico.

La Cuba de Fidel no se detuvo ante consideraciones ideológicas, ni ante regímenes oprobiosos que conspiraban para derrocarla, y envió médicos, por ejemplo, a la Nicaragua de Somoza, cuando el terremoto de 1972 devastó la capital de ese país. Creó un Contingente que lleva el nombre de un internacionalista neoyorkino de nuestra primera guerra de independencia, para ayudar al pueblo estadounidense después del huracán Katrina. La única ideología que esgrimían, no se articulaba en palabras: estaba en el acto, en el desinterés, en la entrega. Doscientos cincuenta y seis trabajadores de la salud cubanos asistieron a los enfermos de ébola en la peor epidemia de ese virus letal registrada en África Occidental y en el mundo. Allí encontraron a médicos africanos, de los países afectados y de otras naciones del continente, que habían estudiado en Cuba, algunos incluso desde la escuela secundaria y preuniversitaria, como otros miles de jóvenes árabes y latinoamericanos.

Cuando en el año 1998 el huracán Mitch arrasó con el Caribe centroamericano –otro huracán de carácter ideológico había paralizado a la izquierda internacional, después del derrumbe del llamado «campo socialista»– Fidel relanzó el internacionalismo y con él, la certeza de que otro mundo mejor es posible si existe voluntad política. Cada brigada médica que viajaba a un país en situación de desastre o que había solicitado nuestra ayuda, era despedida personalmente por él, quien insistía en el respeto a las tradiciones, creencias y credos políticos de los pacientes que atenderían.

Fidel en realidad reactivaba con ello la vocación solidaria de toda auténtica revolución después de una oscura y luminosa década de resistencia, la de los años noventa –la solidaridad fundacional, respaldada por una conducción de la crisis que evitó siempre dañar a los más pobres y que sobrevivía entre apagones y carencias, en acciones tan simples y significativas como la llamada «botella» en las calles de la ciudad–, y la expandía hacia el exterior, con el Plan Integral de Salud en Centroamérica y Haití (después se incorporaría Venezuela) y hacia el interior, con la llamada Batalla de Ideas, que se proponía rescatar a jóvenes de segmentos poblacionales menos favorecidos. Ambas acciones de solidaridad tendrían siempre un impacto al interior del país: cada trabajador de la salud que salvaba vidas en condiciones precarias, en zonas marginales o muy intrincadas y cada trabajador social que reorientaba a sus semejantes por los caminos empedrados y hermosos de la autosuperación, podía (si llevaba en el pecho la semilla) «reciclar» su espíritu revolucionario.

Protagonizar la justicia era la única manera de reactivar la Revolución.

En ese empeño halló Fidel a un igual: Hugo Chávez. Juntos recorrieron cada páramo, cada río, cada montaña, cada barrio urbano de nuestra América, cada corazón de latinoamericano. Juntos exclamaron: ¡sea la unidad en la solidaridad!

El concepto de Revolución fidelista (que es su código moral), adquiere sentido en el contexto de la vida y la obra de Fidel. Si Patria es Humanidad, Socialismo es justicia, es humanismo revolucionario. No puede entenderse ninguno de los aspectos o las ideas que expone ese concepto si se desmarca de su principio rector: la lucha contra la injusticia, dondequiera que se produzca, y contra el capitalismo, contra el imperialismo, que necesitan de ella. ¿Quién dice que Fidel ya no vive? Su concepto de Revolución desborda el concepto, es decir, las palabras que lo componen; e interacciona con la historia, la que fue y la que será; porque sin justicia no hay Patria, sin solidaridad –interna y externa–, no hay Patria, sin las conquistas que alcanzamos, y sin las que nos proponemos alcanzar, no hay Patria.

(Tomado de Resumen Latinoamericano)

El «fracaso» de la Revolución Cubana. (Informe de un agente de la CIA)

Evidentemente Cuba no clasifica entre los países que cumplen los parámetros establecidos por los Estados Unidos para ser considerada una nación «libre» y «democrática»

Por: Richard Clark
Cuba no cumple ninguno de los parámetros establecidos por los Estados Unidos para ser considerado un país libre y democrático.
No se permite la prensa alternativa,  pero no hay forma entiendan  los cubanos fidelistas que existe una sola alternativa, la nuestra.
Es el único país latinoamericano sin desnutrición infantil, sin problemas con las drogas, con la esperanza de vida más alta de América Latina, con una escolarización del cien por ciento y ningún niño viviendo en la calle.
En Cuba la educación artística es gratuita, tienen una escuela de arte en cada provincia, la Universidad de las Artes, ISA, una de las mejores de América, es totalmente gratuita para los cubanos y forma profesionales de todo el mundo.
Tienen un medico cada 133 habitantes, son una potencia deportiva, Cuba ocupó el primer lugar en el logro de medallas olímpicas per cápita, superando a los mismos EEUU.  Invierten el 13% del PIB en la educación que cubre todo el país, el 95% de los niños y niñas concluye la escuela primaria y no hay alfabetos.
Menos del 0,1% de la población padece VIH Sida, han colaborado con más de 100 países en materia de salud, la salud es gratuita a todos los niveles y alcanza a toda la población, las más altas tecnologías y técnicas en materia de salud, por ser un derecho del pueblo, las reciben de forma gratuita. Por ejemplo en Cuba se han realizado cuatro mil 951 trasplantes renales, 436 con donantes vivos sin costo alguna para los pacientes receptores de la donación
Al cierre del trienio 2011-2013, la esperanza de vida al nacer de la población cubana en general llegó a 78,45 años, cifra que coloca a la Mayor de las Antillas entre las 25 naciones del mundo más aventajadas en ese importante indicador del progreso humano de una sociedad. Las mujeres muestran una expectativa de 80,45 y los hombres de 76,50.
En el 2016, por octavo año consecutivo, Cuba logró una tasa de mortalidad infantil por debajo de cinco por cada mil nacidos vivos, que ratifica a la isla en la vanguardia de América y entre las primeras 20 naciones del mundo.
La nación caribeña alcanzó la validación por la Organización Mundial de la Salud como el primer país del planeta en eliminar la transmisión materno-infantil de VIH-sida y sífilis congénita, en uno de los resultados más relevantes de la ciencia cubana en la esfera de la salud durante el 2015.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reconoció los logros de Cuba en materia de atención a la niñez al divulgar los resultados de la encuesta sobre Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS).
La carencia de bienes suntuosos es muy evidente, pero la miseria no existe. No hay niños durmiendo en la calle ni ancianos abandonados. Todos los cubanos tienen el mínimo indispensable para vivir decorosamente.
Las mujeres ganan igual salario que los hombres por igual puesto y trabajo, tienen derecho a un año pagado de licencia de maternidad y no pierden su puesto laboral, su supervivencia y la de sus hijos no depende de un hombre.
Es el único país del mundo que cumple la sostenibilidad ecológica, ha minimizado los niveles de violencia construyendo una sociedad segura.
Cuba es garante de la paz y ayudó a poner fin a la guerra en Colombia. Fidel tendió puentes entre religiones.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en la última década Cuba es el único país de América Latina y del Tercer Mundo que se encuentra entre las primeras diez naciones con el mejor índice de desarrollo humano sobre los tres criterios “esperanza de vida, educación y nivel de vida”.

Según la Organización Mundial de la Sa­lud, Cuba es un modelo para los países en vías de desarrollo en cuanto a la atención médica brindada a las madres y a los niños. La UNICEF enfatiza que “Cuba es un ejemplo­ en la protección de la infancia”.

La ONG, Save the Children, coloca a Cuba en el primer puesto de los países en desarrollo en las condiciones brindadas a las madres, delante de Ar­gen­tina, Israel o Corea del Sur. En ese estudio se tuvieron en cuenta varios criterios como el sistema de salud y educación, o sea la asistencia por personal cualificado durante el parto, la difusión de los métodos anticonceptivos y el nivel de educación de las mujeres y niños. También se tomó en consideración la igualdad política y económica entre hombres y mujeres, o sea la participación de las mujeres en la vida política y la igualdad salarial.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) califica el sistema de seguridad social cubano de “milagro”, dada la protección que brinda a los trabajadores y la tasa de desempleo muy baja (1,9%).

El Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica, BioCubaFarma, produce medicamentos, equipos y servicios de alta tecnología a partir del desarrollo científico- técnico del país, destinados al mejoramiento de la salud del pueblo cubano y la generación de bienes y servicios exportables.

En la Organización laboran 21801 trabajadores, de ellos más de 6 300 son universitarios, más de 260 Doctores en Ciencias, más de 1170 Máster en Ciencias, más de 1300 con Categoría de Tecnólogos y más de 700 con Categoría de Investigadores.

Entre sus principales producciones se encuentran las vacunas profilácticas contra enfermedades infecciosas, biofármacos para el tratamiento del cáncer (incluye anticuerpos monoclonales y vacunas terapéuticas), productos para la prevención y tratamiento de afecciones cardiovasculares, así como para el tratamiento de la úlcera del pie diabético.

También se fabrican productos genéricos y compuestos farmacéuticos de nueva generación, así como sistemas para el diagnóstico temprano y prevención de tumores malignos, malformaciones, enfermedades heredo metabólicas y otros.

De igual forma se ofertan productos a partir de la medicina natural y tradicional, e investigaciones agropecuarias, así como equipos Médicos de avanzada tecnología, nanotecnología, neurociencias y neurotecnología.

Algo inaudito para un país del Tercer Mundo, como está contemplado en el Programa para la Transición en Cuba, es una de las ramas de la economía que debe ser desestimada, por peligrosa para nuestras empresas y porque no corresponde como actividad económica para un país caribeño subdesarrollado, debe ser sustituida por el cultivo de flores que se aviene mejor al estatus cubano.

En Cuba todas las personas pueden votar y ser votadas cumpliendo los 16 años. Los candidatos son propuestos y elegidos en el barrio, por la gente, sin importar credo, ideología, ni filiación partidista, -no son seleccionados por el Partido Comunista, (que no es electoral y no nomina ni postula)-. Para cada puesto se proponen como mínimo dos candidatos y ocho como máximo. Para ser electo hay que recibir más del 50% de los votos. No existen campañas electorales.

El voto es libre, secreto y directo. El colegio electoral se encarga de realizar el escrutinio. Durante el escrutinio pueden estar presentes, además de los observadores extranjeros y cubanos, cualquier persona que así lo desee.

Ningún representante, diputado o delegado recibe un beneficio por desempeñar su cargo; el Estado les paga un salario exactamente igual al que tenían en sus trabajos antes de desempeñar su cargo, empleo al que regresaran una vez finalizado su mandato. Los Delegados de Circunscripción (de base) desarrollan su labor en tiempo libre pues siguen desempeñándose en el puesto laboral que ocupaban.  La rendición de cuentas y el mandato revocatorio son un componente importante del sistema electoral.

Una de las características de la sociedad cubana es su fuerte cultura del debate y el diálogo.

Evidentemente Cuba no clasifica entre los países que cumplen los parámetros establecidos por los Estados Unidos para ser considerada una nación «libre» y «democrática», la policía no reprime al pueblo, no hay desaparecidos, no hay torturados, nuestros hombres en la Isla que se autotitulan opositores, a pesar las evidentes transgresiones de la ley que cometen regularmente, apenas son molestados y contra toda lógica hacen lo posible y lo imposible para que los repriman, sin lograrlo, lo que los enfurece y enferma de odio e impotencia, reciben todos los beneficios a los que tienen derecho como ciudadanos cubanos, aunque luchan «decididamente» por destruir esos derechos, el esclavo asumido cubano al igual que similares de todo el mundo, padece de amnesia histórica y servilismo patológico.

Nota al margen: El agente regresó con evidentes trastornos psicológicos, confusión espacio temporal y  le fue diagnosticado  el mal de Manchuria.

Org. solidarias y grupos de izq. rinden hom. a Fidel en Italia.

 

Siempre con Cuba

El Círculo de Roma de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba y la agrupación Patria Socialista, rindieron tributo a la memoria de Fidel Castro con una multitudinaria marcha por una céntrica avenida de la capital italiana.

Decenas de personas participaron en el homenaje cuyo destino final fue el monumento a los caídos en la lucha antifascista, en el cementerio del Verano, donde representantes de las dos organizaciones, junto al consejero político de la embajada de Cuba ante el estado italiano, Mauricio Martínez, colocaron una ofrenda floral dedicada al líder histórico de la Revolución.

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Eduardo Galeano: Habla sobre Cuba

Deja de ser admirable la porfiada valentía de esta isla minúscula, condenada a la soledad

Por: Eduardo Galeano

Fidel Castro es un símbolo de dignidad nacional.

Nunca he confundido a Cuba con el paraíso. ¿Por qué voy a confundirla, ahora, con
el infierno?

Yo soy uno más entre los que creemos que se puede quererla sin mentir ni callar.
Hace más de CINCUENTA años que el veto imperial se aplica de mil maneras, para
impedir la realización del proyecto de la Sierra Maestra.

En Cuba, democracia y socialismo nacieron para ser dos nombres de la misma
cosa; pero los mandones del mundo solo otorgan la libertad de elegir entre el
capitalismo y el capitalismo.

El modelo de la Europa del Este, que tan fácilmente se ha derrumbado allá, no es la
Revolución Cubana. La Revolución Cubana, que no llegó desde arriba ni se impuso
desde afuera ha crecido desde la gente y no contra ella ni a pesar de ella eso ha
podido desarrollar una conciencia colectiva de Patria: imprescindible auto-respeto
que está en la base de la autodeterminación.

El bloqueo contra Cuba se ha multiplicado con los años. ¿Un asunto bilateral? Así
dicen; pero nadie ignora que el bloqueo norteamericano implica, hoy por hoy, el
bloqueo universal. A Cuba se le niega el pan y la sal y todo lo demás. Y también
implica, aunque lo ignoren muchos, la negación del derecho a la autodeterminación.
El cerco asfixiante tendido en torno a Cuba es una forma de intervención, la más
feroz, la más eficaz, en sus asuntos internos.

¿En Cuba hay privilegios? ¿Privilegios del turismo? Sin duda. Pero el hecho es que
no existe sociedad más igualitaria en América. Se reparte la pobreza: no hay leche
es verdad, pero la leche no falta a niños ni a los viejos. La comida es poca. Pero en
plena crisis sigue habiendo escuelas y hospitales para todos lo que no resulta fácil
de imaginar en un continente donde tantísima gente no tiene otro maestro que la
calle, ni más médico que la muerte.

La pobreza se reparte y se reparte. Cuba sigue siendo el país más solidario del
mundo. Cuba fue el único país que abrió las puertas a los haitianos fugitivos de
hambre y de la dictadura militar, que en cambio fueron expulsados de Estados
Unidos.

Se juzga a Cuba como si no estuviera padeciendo desde hace más de treinta años,
una continua situación de emergencia. Astuto enemigo, sin duda, que condena las
consecuencias de sus propios actos.

A Cuba le dictan cursos de derechos humanos quienes silban y miran para otro lado
cuando la pena de muerte se aplica en otros de América y se aplica de vez en
cuando, sino de manera sistemática: achicharrando negros en las sillas eléctricas
de Estados Unidos, masacrando indios en las sierras de Guatemala y acribillando
niños en las calles de Brasil.

¿Deja de ser admirable la porfiada valentía de esta isla minúscula, condenada a la
soledad, en un mundo donde el servilismo es alta virtud o prueba de talento? ¿Un
mundo quien no se vende, se alquila?

Fidel Castro es un símbolo de dignidad nacional. Para los latinoamericanos, que ya
estamos cumpliendo cinco siglos de humillación, un símbolo entrañable.

Historia mambisa

anoche disparó sus salvas para alejar la tristeza y acompañar la marcha de la caballería con Fidel al frente.

Por: Raúl Antonio Capote
Pepito, el mambí de la tropa de Elpidio Valdés, quería un mauser flamante para pelear contra los colonialistas españoles pero le dieron un viejo cachimbo, los mauser disparaban certeros contra el fortín de los godos, pero la tropa insurrecta siempre escasa de municiones, pronto quedó en silencio, los flamantes mauser estaban sin balas, había que usar el infalible y fiel machete, a guampara limpia le entrarían al fortín, sin embargo Pepito seguía disparando con su viejo cachimbo que tiraba de todo, clavos, balas, cualquier pedazo de metal servía de proyectil y hacía daño a los  soldados españoles que se reistían a entregar la bandera, hasta rejas de ventanas cuenta la historia que tiró Pepito con su cachimbo.
Anoche me sentí como el Pepito del dibujo animado, el viejo cachimbo siguió tirando toda la noche y toda la madrugada, junto a miles de mauser flamantes y relucientes machetes garantizados, esta vez no era contra colonialistas españoles o traidores rayadillos, sino algo peor, vendepatrias anexionistas, mercenarios y otros de esa fauna.
Anoche el viejo cachimbo se cubrió de gloria disparando salvas de honor por la partida a la eternidad del Comandante en Jefe, anoche disparó sus salvas para alejar la tristeza y acompañar la marcha de la caballería con Fidel al frente.
 
Raúl Antonio Capote

Allí estarás siempre Fidel.

Donde quiera que estés llevarás aires de rebelión, de revolución, de cambio y mientras quede una injusticia en el mundo cabalgarás junto al Ché

Por: Raúl Antonio Capote

No quedan lágrimas, todos hubiéramos dado la vida por tí, mil veces, sin dudar un instante, pero la muerte nos hizo trampas y como dice la canción, ni la muerte cree que se apoderó de ti.

Pudimos enfrentar las balas, la traición, la perfidia, el olvido, cualquier cosa, porque estás ahí siempre, no detrás del buró o del discurso, estabas y estás con tu chaleco moral como principal protección,  siempre delante reclamando el peligro, el derecho a ser el primero en el combate y en el sacrificio.

Soñaste el mejor hospital del mundo para los cubanos, la mejor escuela, la mejor heladería, la mejor leche de vaca, la computadora cubana, el mejor país, nos devolviste la fe, la confianza lastimada tras años de neocolonialismo, de bota yanqui, de revoluciones traicionadas.

Nos enseñaste a dudar, a no creer sin leer, a ser rebeldes, inconformes, a asumir el error y ponerle el rostro a la derrota hasta convertirla en victoria, a no rendirnos jamás. Creímos en ti, porque eras como nosotros, auténtico, no asumiste nunca posturas populacheras, no simulaste, no te escondiste, eras así simplemente, Fidel.

Amaste la contradicción, defendías al valiente, al que sin miedos mantenía su palabra aunque no fuera la tuya, para ti no existían diferencias entre un soldado de filas y un general, hasta el más simple combatiente nunca estaba solo, en el mayor peligro estabas junto a ellos, estuviste junto a mi, sentado al lado, sereno, inspirando confianza desde la cama de enfermo.

Nos enseñaste el valor de la solidaridad, a que el mundo es un solo país llamado humanidad, a la que serviste sin reservas, eras y eres Carlos Manuel y Bolívar  y Martí y Maceo  carne y sangre de la historia, amasado con nuestra tierra  a la que insuflaron el alma de Cuba.

Donde quiera que estés llevarás aires de rebelión, de revolución, de cambio y mientras quede una injusticia en el mundo cabalgarás junto al Ché  con la adarga al brazo liberando al oprimido, al explotado,  estás y estarás siempre junto al humilde. Si alguien no te ve, si alguien no te siente, que busque en la Sierra, que preste oídos, allá donde exista un reclamo, un dolor por aliviar, estarás;

Hasta siempre Comandante, hasta la victoria siempre.

Cuba: Héroes y Villanos

Hoy se presentó hace cinco años el capítulo de José Manuel Collera Vento (Gerardo) «Ayudas Peligrosas», algo aprendimos de su vida, de su fortaleza, de su humanidad de médico pediatra, de cardiológo infantil y de las trampas de nuestros enemigos históricos, marzo sigue su camino y abril se asoma en el horizonte, veremos que nos espera, en lo personal retos enormes.

Por: Raúl Antonio Capote

Marzo pasó lentamente. Nuevas tareas, incertidumbres, medias verdades. Trabajo nuevo problemas nuevos, ya estoy montado arriba del caballo y no soy de los que se bajan fácil.

Marzo es el mes de La Razones de Cuba, en el 2011 fueron desclasificados, tres de mis compañeros, Dalexis González Madruga (Raul), Frank Carlos V. (Robin) y José Manuel Collera (Gerardo), pocas veces me he tropezado en la vida con personas como ellos, no solo combatieron durante muchos años dentro de las filas de los enemigos de la Revolución, sino que después de la denuncia del 2011 cuando la serie de TV Las Razones de Cuba, mostró al mundo sus verdaderos rostros, han seguido en la pelea, ningún obstáculo los detiene, nada quiebra la fe de esos hombres. Y como podría quebrarse la fe nacida de la convicción más profunda, de la entrega, del sacrificio.

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#Cuba: Proyecto Génesis de la CIA y la “nueva prensa”

Siempre han pagado a los mercenarios de la pluma y la palabra, solo que ahora pagan un ´poco más y esconden mejor las intenciones para adormecer la ética de algunos y darles la posibilidad de autojustificar el suicidio ético.

Por: Raúl Antonio Capote.

2016 es el año previsto por la CIA para cuajar el Proyecto Génesis, un mes antes de…

Nos hemos referido varias veces en las páginas de este blog, en los libros Enemigo y la Guerra que se nos hace y en una decena de artículos en diversos medios de prensa, fundamentalmente digitales, al proyecto Génesis de la CIA dirigido a provocar o al menos a ayudar a la derrota de la Revolución Cubana. Ha sido tema de debates, conferencias, charlas en universidades cubanas y de otros países, es, pudiéramos decir nuestro tema recurrente.

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Por un indigno, cien dignos

“Allí donde haya aflicción, la patria, que está más fuerte de lo que parece, puede esperar a que la pobreza pase; la aflicción está en unas partes, pero en otras no: en el reparto de las cargas está el buen gobierno: lo que unos no pueden hacer en la hora de su cruz, los que no están en la cruz lo hacen: lo que importa es que se vea la fe, y no se deshonre nadie”.

Por: Luis Toledo Sande

Al señalar a José Martí autor intelectual de los sucesos del 26 de julio de 1953, Fidel Castro proclamó una verdad. Con esos hechos la vanguardia de la generación del centenario martiano se propuso iniciar la reversión de la república neocolonial. Esta, fundada en 1902 con el ejército interventor estadounidense imponiendo desde 1898 la voluntad del imperio, era la negación de la república moral por la que Martí, consagrado a librar a Cuba del colonialismo español y de la dominación tramada por los Estados Unidos, había muerto en combate.

Sin independencia no se podría alcanzar la justicia, que incluía erradicar no solo el hambre física, sino también la espiritual, ostensible en el analfabetismo, y extirpar otras lacras heredadas del coloniaje. Los ideales de Martí no se agotarían con la toma del poder político. El 28 de enero de 1960, a más de un año de la victoria de la Revolución Cubana, Ernesto Che Guevara lo honró en su natalicio y sostuvo: “su lenguaje no envejece”.

Cuando en Versos sencillos, libro editado en 1891, Martí afirmó: “Con los pobres de la tierra/ Quiero yo mi suerte echar” –lo que explícitamente revalidó en Patria el 24 de octubre de 1894 con el artículo “Los pobres de la tierra”–, no procuraba demagógicamente ganar seguidores entre los humildes. Ni solo reconocía que ellos habían sido –lo afirmó en Lectura en Steck Hall el 24 de enero de 1880– los “verdaderos mantenedores” del esfuerzo desatado en 1868. En lo más hondo revelaba cómo sería la Cuba deseada por él.

En “Maestros ambulantes” (mayo de 1884), artículo que tanto sigue alumbrando hoy, convirtió en párrafos estas máximas: “Ser bueno es el único modo de ser dichoso” y “Ser culto es el único modo de ser libre”. Convencido de esas verdades, no iluso, añadió: “Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno”. En el trabajo veía la base para el bienestar: “Y el único camino abierto a la prosperidad constante y fácil es el de conocer, cultivar y aprovechar los elementos inagotables e infatigables de la naturaleza”.

Sabía insoslayable contar con la condición humana general, pero él era un ser extraordinario en busca de que las aspiraciones y las capacidades individuales sirvieran honradamente a la colectividad. En julio de 1893, hablando desde la dirección del Partido Revolucionario Cubano a sus organizaciones de base, las llamó a vencer los obstáculos que se oponían a la lucha.

Entonces escribió una circular en la cual reclamó: “Que nadie detenga su paso. Véase el cuadro admirable, y nadie se quede fuera de él. No importa que aquí o allá se esté en pobreza: la realidad ha de tenerse en cuenta siempre, y no se pondrá en agonía a los pobres; para ellos ha de ser principalmente la libertad, porque son los más necesitados de ella, y no se les ha de agobiar en nombre de ella”.

Para la arenga colectiva, y en primer lugar como su propia norma de conducta, fijaba su brújula en la ética, porque “la pobreza pasa: lo que no pasa es la deshonra que con pretexto de la pobreza suelen echar los hombres sobre sí”. Lejos de confiar en la supuesta espontaneidad de los hechos, clamaba por la acción y la prédica política necesarias.

Por ello sostenía: “Allí donde haya aflicción, la patria, que está más fuerte de lo que parece, puede esperar a que la pobreza pase; la aflicción está en unas partes, pero en otras no: en el reparto de las cargas está el buen gobierno: lo que unos no pueden hacer en la hora de su cruz, los que no están en la cruz lo hacen: lo que importa es que se vea la fe, y no se deshonre nadie”.

Era el guía revolucionario que abría caminos a la transformación de la patria con el esfuerzo colectivo para lograr lo que aún hoy es un sueño en el mundo: “el fin humano del bienestar en el decoro”. Estimaba indispensable el triunfo de lo que en la dedicatoria de Ismaelillo él llamó “la utilidad de la virtud”, que es contraria a los profetas del pragmatismo, rendidos a la virtud de la utilidad.

En 1983, en “Unas palabras a modo de introducción” para la edición crítica de las Obras completas del autor intelectual de los hechos del 26 de julio de 1953, y de la etapa de luchas desatada entonces, que hoy sigue enfrentando desafíos tremendos, Fidel Castro lo llamó “guía eterno de nuestro pueblo”, y dijo: “Su legado no caducará jamás”. En esa perennidad nos convocan palabras de su texto de 1893 ya citado: “Marchemos todos de modo que nos vean. Por un indigno haya cien dignos”.

Tomado de:  Bohemia

 

El Socialismo es la ciencia del ejemplo: Lecciones del Che para #Venezuela

Basado en un texto de Luis Britto García – Aporrea.-.

Fidel Castro le dijo una vez a Hugo Chávez que ninguna revolución reciente –tampoco la cubana- había logrado, en tan poco tiempo, tantos logros sociales en favor de los sectores desfavorecidos como la Revolución Bolivariana. Y añadió: pero parece que Vds. “no quieren sacar provecho político de esos logros”.

Edición: Antonio García López. Fuente: http://www.cubainformacion.tv/index.p…

Vivir por #Cuba

https://eladversariocubano.files.wordpress.com/2015/10/589-marti-independencia.jpg

Por: Raúl Antonio Capote

(Escuchar audio al final)

Cubanos somos todos, vivamos donde vivamos nuestro amor por Cuba. Los que la adoramos por sobre todas las cosas, los dementes lúcidos que la defendemos y cultivamos, los que hacemos obra diaria, los que construyen, los que sangran y padecen por ella, los que ríen, bailan y disfrutan sus triunfos, los que saben que no hay cielo tan azul como su cielo, ni luna tan brillante, ni madre tan celosa de sus hijos, alma del alma el centro.

Hay quienes se marchan de la Isla sin mirar atrás, (y quienes están en ella sin estar) el largo de sus bolsillos es la medida de su amor por ella, la doblan en el rincón más apartado del alma, si les queda, y la sacan a la luz en alguna que otra conmemoración, cada vez más preñada de sombras ajenas. Terminan odiando, -odian mucho- y luego la olvidan hasta que es solo un recuerdo apolillado y la sueñan una estrella más, esclava entre las barras, una más en el montón de estrellas de cielo extraño.

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Recibe al #PapaFrancisco, la Revolución de los humildes, por lo humildes y para los humildes.

Havana sunset, Havana, Cuba
Havana sunset, Havana, Cuba

Por: Raúl Capote

El 8 de julio de 2015, el Papa Francisco se detuvo para orar cerca de Achachicala, sitio donde fue torturado y asesinado el sacerdote Luis Espinal. «Me detuve aquí –dijo el Papa a la muchedumbre reunida en el lugar- para saludarlos y sobre todo para recordar, recordar a un hermano, un hermano nuestro, víctima de intereses que no querían que se luchara por la libertad de Bolivia”.

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Cuba: Antídoto contra el veneno.

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Por: Raúl Antonio Capote

No acostumbro a responder ataques personales cuando vienen de parte del enemigo, cuando viene de algún mareado a veces respondo, -contadas en realidad-, cuando llega de quien dice ser de los nuestros entonces prefiero hacerlo personalmente, cara a cara. Continuar leyendo «Cuba: Antídoto contra el veneno.»

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