Por: Enrique Ubieta
Como en la Rosa púrpura del Cairo, un personaje ha salido de la pantalla, y camina por una ciudad, la nuestra. O fue al revés: un espectador se obsesionó con cierto tipo de películas, seriales y videos, quiso vivir en ellos y se introdujo en la pantalla, renunció a ser persona para convertirse en personaje de ficción.
¿La ficción construye la vida, o la vida construye la ficción? Si en época de Cervantes era posible que alguien, de tanto leer historias de caballerías, encarnase en su vida-ficción real al personaje “loco” y justiciero, en la nuestra, la letra impresa ha cedido su capacidad de influencia al audiovisual.
No es, obviamente, la única ni la más importante diferencia. El audiovisual contemporáneo que impera recrea otras historias y reproduce otros valores, para nada quijotescos. Al margen de la polémica sobre la validez artística del reguetón —no me interesa…
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Un comentario en “El man Gilbert”